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¿Qué hacemos con ese suelo, con ese dolor, “dolor que trepa”, con ese “grito de mujer contra la tierra / desolada”?

Rita Corigliano va desplegando una historia con el cuidado de quien se ha caído y al caminar, ahora y en estas páginas, mira bien por donde pisa: replantea la caída (mujer y acto) y no rehúye su abismo, su rabia, su misterio: le sangra una herida y no sabe dónde. (...) En este vuelo hay más raíces, la tierra está surcada de esa vida que comunica: “Caigo / hasta la raíz pilosa / para subir hacia la tierra / y penetrar / en la savia jugosa / de la vida”.

Alicia Saliva

Desde el miedo, la falta, el destrozo salvaje, en ese campo diezmado por las batallas cotidianas, contra todo pronóstico, aparece el brote. Bajo tierra, sin que podamos verlas, las raíces proliferan. En los diminutos tallos, la savia se alborota. Así sucede en la poesía de Rita Corigliano. La transformación se reconoce inscripta en el cuerpo de mujer. La creación ha pasado por ahí, el alumbramiento, que adviene con dolor y a la vez, con una pasmosa, indecible, alegría.

Karina Macció

*

La oferta es variada
y accesible.
Se ofrecen caídas a medida.
A saber:
Caída de plano. Edición limitada.
Caída por la tangente.
Caída de improviso.
Caída de frente y de perfil,
con y sin contraste.
Caída sin anestesia.
Caída a color o en blanco y negro.
En negro.
En blanco.

*

me maquillo
con pétalos de rosa

abrocho en mi pelo
flores de jazmines

cubro mi cuerpo
con hojas de laureles

sumerjo mis pies
en agua de azahares

y abro
        mi cuerpo florado
a la luz
            de la caída

Rita Corigliano