Presente Continuo - Carlos Battilana

Explorar, 80 páginas, 2010.

“Esa época de la vida en que el pasado empieza a ser denso; en ese punto está”.

En Presente Continuo emprendemos, partiendo de ese punto, un intenso recorrido que nos lleva a través de bosques helados, fondos blancos, y piedras del cielo. En ese viaje percibimos que el tiempo no sólo se cuenta y se registra, se repite y se dibuja. El tiempo es una sensación completa que nos invade en cualquier momento: en la repetida ruta junto a un hermano, en un paseo casual con un hijo, en un asado a campo abierto con toda la familia.

Carlos Battilana realiza una exploración necesaria dentro de la propia obra para instaurar un hilo, otro -Ariadna y Minotauro a la vez- que se vibre ahora con los tesoros y fragmentos del pasado. Hay una búsqueda dentro de la búsqueda que proyecta con más intensidad lo que persigue esta voz. El poeta se resiste a dejar que las palabras se vuelvan piedras impenetrables, que el tiempo se transforme en un bloque duro que nos aplasta. El poeta vive de su poesía, se realiza al realizarla, pero también busca lo que ella le puede dar: una iluminación, una justificación, una belleza y fuerza fugaz.

“Con las letras de las palabras, ordena el mundo. Pero el mundo está hecho de materias, de desvíos, de bloques irrespirables. En ese afán de que las cosas se acomoden a su percepción, se halla, insensato a los signos del mundo.”

Karina Macció

*